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Cómo prometí, anuncio la creación del blog donde será escrita HIJOS DEL ECLIPSE. El proyecto está a punto de comenzar, así que los que se quieran apuntar a la aventura, que estén atentos.

El enlace:

http://hijoseclipse.blogspot.com/

Aparte, no creáis que me he olvidado del juego de las 4 cosas. En breve lo haré.

Hijos del Eclipse

No es nada nuevo si comento por aquí la multitud de ideas que suele haber constantemente pululando por mi cabeza pretendiendo ser escritas algún día. Muchas vienen y van, pero otras se quedan con más intensidad y empiezan a tomar forma.

Hace meses, una idea iba dando vueltas  con intención de ser escrita y no quería irse, así que decidí que le daría una oportunidad. Viendo que son más de los que pensaba los que quieren que escriba algo -lo que quiere decir que es más de uno, no que sean muchos-, se me ocurrió anunciar en FACEBOOK que pretendía escribir de nuevo. Lo curioso es que a esto varias personas respondieron algo que me dejó estupefacto, que incluyera zombies en la historia que quería escribir.

Al leer esto no pude pensar otra cosa que era absurdo, que no tenían cabida en la historia que daba vueltas por mi cabeza, pero en vez de suceder lo más lógico, que sería desechar eso de los zombies, pues se quedaron, pero no para aparecer en la historia que tenía pensado escribir, sino para hacer que otra historia tomara su lugar. Los zombies se quedaron y se convirtieron en los hijos del eclipse.

Llegados a este punto, hay que aclarar ciertas cosas.  Siempre me he considerado un fan de las historias de zombies bien hechas… lo cual quiere decir que no cualquier relato sobre zombies me puede interesar. Para un servidor, el único que ha sabido tratar de forma acertada el tema en cuestión es el maestro George A. Romero, padre de la criatura y que ha hecho las películas que definieron a este ser. Aparte de él sólo podría mencionar a Robert Kirkman en la serie Los Muertos Vivientes y a los creadores de Shaun of the Dead, Edgar Wright y Simon Pegg, el resto de películas, comics, novelas -al menos a las que he podido acceder- no consiguen tratar con fidelidad lo que debería ser una historia de zombies. Una verdadera historia de zombies es una parábola social, una historia de supervivencia donde es mucho más importante lo que somos y hacemos antes que mostrar a criaturas persiguiendo y matando a los protagonistas. Una buena historia de zombies nos hace reflexionar sobre nuestra condición, si no lo hace, no es una buena historia de zombies.

Como se podrá suponer, es todo un reto abordar una historia de zombies y más si es la primera escritura que realizaré desde el bloqueo ya mencionado en este blog. Pero bueno, esta historia en particular siempre ha aparecido como una terapia, no como una novela seria con intención de ser publicada ni nada por el estilo, simplemente sería el entrenamiento, mi regreso al mundo de la literatura como autor.

Y aquí nos encontramos, dispuesto a escribir una novelita sin ningún tipo de pretensión, simplemente por escribir y desahogar toda esa presión sobre la idea de plantarse delante de la hoja en blanco, sin pretender buscar una gran obra, sino simplemente contando lo que quiera contar. El resultado será visto en un blog que será creado tan sólo para esto, para el que quiera tener un seguimiento, pueda tenerlo y opinar sobre ello.

Así que pronto podré anunciar el nacimiento de ese lugar donde se plasmará la historia de supervivencia que será la primera que escriba sólo por escribir después de tantísimo tiempo. Para los que les interese, allí estará publicada capítulo por capítulo y podrán ser testigos de cómo un pequeño grupo intenta seguir adelante  en un mundo que ya no es el que conocían y está lleno de amenazas.

if today was your last day – nickelback

Me he dado cuenta que a la hora de explicar el problema que tengo ahora para escribir no lo hago con la claridad que quisiera, cualquiera diría que lo que tengo es un problema de inspiración o que no me llegan las historias, que se quedan perdidas en algún limbo o en algún peaje de una autopista cualquiera, esperando que le dejen pasar para llegar a mi caótico cerebro, pero no, no es eso.

Desconozco como será el tema de la inspiración para otros autores, cuenta-cuentos y narradores, para mí es sencillo. Simplemente voy por la calle, caminando y pensando en cualquier cosa y una imagen o una idea aparece y se queda allí, dando vueltas, pidiendo que le preste atención, que le haga caso y poco a poco se hace más grande. La idea o imagen se llena de personajes con vida propia, los cuales se interrelacionan entre ellos sin que me dé tiempo a pensar siquiera la trama,  son ellos los que la están haciendo como si yo no fuera más que un espectador que mira lo que sucede y después se lo cuenta a otras personas dándole más o menos fuerza a la historia. Cualquier cosa, la que sea, puede inspirarme, así que sé que no tengo ningún problema de inspiración, afortunadamente de eso siempre he tenido.

El problema es la incapacidad de plasmar esas ideas, lo que me hace no poder escribir ni una sola línea. No me veo capaz, cuando voy a hacerlo simplemente no puedo, de repente me siento como un como si me hubieran colocado delante de un complicado aparato que si toco algo estropearé cualquier cosa. Sí, vale, para los concursos me fuerzo a escribir, pero no debería ser un esfuerzo, antes no lo era, simplemente era una parte más de mí, una parte que me hacía sentir muy bien, pero ahora sólo me hace sentir incapaz.

No sé si ahora lo habré explicado mejor, pero este es el problema, lo que hace que El Ojo de la Luna y otras posibles historias que pueblan mi mente, llenas de personas que quieren ser oídas o leídas, sigan ahí encarceladas, atrapadas sin haber hecho nada para merecerlo. Están atrapadas porque ahora no me siento capaz de liberarlas, pero tengo la esperanza de que, con tesón, un día no habrá cárceles y podrán ser libres.

Todos recordamos, de una forma u otra, de manera especial nuestra infancia. No es de extrañar que el libro de cabecera del que esto escribe, el favorito, sea precisamente un libro sobre la infancia y todo lo que la envuelve, una historia iniciática de terror, amistad, magia y con un claro mensaje, jamás perder lo que fuimos al ser niños: IT (ESO).

IT (ESO) es una obra del escritor norteamericano Stephen King, posiblemente una de las más ambiciosas que ha escrito. Narra la historia de siete chavales, todos diferentes, que se hacen amigos precisamente por ser diferentes, que viven en una pequeña ciudad de Maine, Derry. Allí tienen sus vivencias como niños, pero también deben plantar cara a algo que ningún niño jamás imaginaría enfrentar… el miedo definitivo, el coco en su máxima expresión, un mal que lleva asolando la ciudad desde tiempos inmemoriales… cuando pasen los años, todos ellos crecerán y se harán adultos, cada uno tomará su camino y casi todos olvidarán su infancia y el tiempo que pasaron juntos… hasta que el mal vuelve a despertar y deben volver no sólo en sentido físico, deben volver a ser niños o jamás derrotarán a ESO.

Es común criticar a un autor como Stephen King por ser escritor de Best-Sellers, y es cierto que algunas de sus obras son fáciles de reconocer como libros escritos con la intencón de vender… pero hay otros que han sido escritos de otra manera y son los que le dan verdadero valor a este escritor. IT (ESO) es uno de ellos, uno de esos libros que se nota que fue escrito con pasión. Nada más comenzarlo te embarga con una frase que te indica que, lo que vas a leer no es una simple historia, es una aventura épica, es dificil decir que un libro de más de mil páginas te atrape y no puedas soltarlo, pues tarde o temprano tiene que haber algo que te aburra entre tanta página, pero en IT (ESO), es dificil, pues desde el principio te está llevando a un mundo fantástico y terrorífico del que no puedes ni quieres escapar.

¿Y qué valores tiene este libro para ser tan bueno? Además de ser una obra de terror como pocas, por el tema a tratar y el tratamiento de este -valga la redundancia, por muchos aspectos. ¿A qué nos referimos al decir que es una obra de terror como pocas en relación al tema que trata? En contra de lo que muchos creen, IT (ESO) no trata sobre un payaso asesino que va matando niños, es la historia de lo que todos hemos temido y que siempre temeremos, es la historia de los miedos que nos han acompañado desde niños. Cuando éramos pequeños y estábamos en la cama, escuchábamos un ruido y pensábamos que había algo escondido en nuestra habitación… es ESO. Cuando íbamos por la calle y un vagabundo nos hacía sentir escalofríos… era ESO. Cuando había que bajar al sótano… era ESO. Y más, cuando crecimos y nuestros miedos cambiaron… siguió siendo ESO. Así que no es la historia de un payaso asesino, sino la historia sobre los terrores que envuelven a todos los niños y la manera en que estos los enfrentan. Y es que lo más importante de esta novela no es el terror ni las truculencias ni los momentos de suspense, es la historia sobre los niños, la infancia. Es curioso que la mayoría de la gente que ha leído la novela, los momentos que recuerda con más cariño son precisamente esos en los que «no pasa nada», esos en los que el autor te cuenta cómo los niños hacen lo que haría cualquier niño de su edad y sin darte cuenta estás rememorando tus años de infancia.

Esto es realmente lo que le da valor al libro, cómo consigue contar una historia sobre la infancia y la amistad a través de una historia de terror. Uno podría darse cuenta de que Stephen King debe recordar con mucha nostalgia sus años de niñez, pues la manera en que rememora esos tiempos en el libro son realmente nostálgicos para el lector, se siente como el autor y como los propios personajes que rememoran sus años pasados, quieren volver a ser niños. De hecho, como ya hemos comentado, los protagonistas deben mantener el espíritu de su infancia vivo para poder derrotar al mal, el mensaje verdadero de la novela es que por muchos golpes que nos dé la vida, que por mucho que maduremos, que por mucho que cambiemos, nunca hemos de dejar atrás, olvidar, lo que fuimos de niños, debemos seguir creyendo en la magia y la magia vivirá con nosotros.

Por todo esto, es fácil ya adivinar por qué para un servidor es su libro favorito. Sólo queda recomendar a los que leen esto y no se hayan leído la novela, que no teman sumergirse en ella, encontrarán un mundo de terror pero también encontrarán amistad, amor y la magia que veíamos cuando éramos niños y que, por momentos, nos envuelve de nuevo.

Buena música y video dedicado a una gran saga literaria. Si alguien no la conoce o quiere más información, ampliaré el tema en próxima actualización si así lo preferís.

Y los meses pasaron y la promesa de actualizar esto se quedó ahí… debería darme una vergüenza grandísima… y me la da. Si no llega a ser por un comentario vertido sobre el blog en el día de ayer, esto se habría quedado abandonado, como todos los proyectos que suelo intentar realizar en el tema de los blogs. Teniendo en cuenta que este blog fue creado como terapia para poder ir superando mi crisis literaria, muy mal por mi parte haberlo dejado de lado.

Pero eso no quiere decir que lo haya abandonado o que no vuelva a escribir. Así que ahora mismo me comprometo a actualizar esto al menos una vez a la semana, y si no lo hago, habré fracasado y mereceré ser perseguido por los que esto leeis para dar un escarmiento como es debido.

El escritor William Golding afirmó en sus dos novelas Los Herederos y El Señor de las Moscas que el ser humano es cruel por naturaleza desde el principio de la misma especie. Cualquiera podría decir que exageraba, pero un servidor no está del todo seguro.

Una escena de la cual he sido testigo esta mañana no hace más que reforzar la teoría de Golding.  Esta escena era un pobre pajarillo, un periquito que había escapado de alguna jaula, en las ramas de un árbol que hay enfrente de mi casa. Desde la calle, un grupo de personas -que viven enfrente del árbol, si se estiran con un palo en la mano pueden alcanzarlo- lo observaban y deseaban hacerse con él, querían cogerlo… y no se les ha ocurrido una mejor manera de hacerlo que lanzándole piedras al pajarillo. No eran piedrecitas y no las tiraban cerca para asustarlo, se las tiraban a él con la absurda convicción de que, si le daban, bajaría al suelo y se lo podrían llevar, sin pensar que un pájaro es un ánimal frágil y que, cualquiera de esas piedras, si le daban, lo matarían.

La escena ha durado varios minutos, con el grupo de personas lanzando piedras grandes y pequeñas y el pobre animalillo observándolas con curiosidad al pasar junto a él y,  en ocasiones, asomándose a mirar de dónde venía, pero en ningún momento se ha ido del árbol. Yo estaba deseando, gritándole en silencio, que se fuera, que esa gente lo iba a matar, pero él seguía ahí… hasta que uno de ellos ha cogido del suelo una rama grande, todos se han apartado, sabiendo que, si esa rama les caía, les haría daño… el hombre ha lanzado la rama… y el pajarillo ha caído como una piedra hasta estrellarse contra el suelo. Todos se han regodeado de su hazaña y ha habido risas mientras la que quería llevarse al pajarillo lo cogía del suelo diciendo triunfante que aún seguía vivo…

Ellos se olvidarán de su insensato ornitocidio, seguirán con sus vidas y volverán a cometer actos crueles y estúpidos, pero el que esto escribe no puede olvidar a ese pajarillo, de cuerpo color amarillo y con la cabeza y el cuello anaranjados, de mirada curiosa y demasiado inocente para sospechar que esas cosas que pasaban a su alrededor iban dirigidas a él para matarlo.

Cada vez más, el que esto escribe tiene la convicción de que nadie nos llorará cuando hayamos desaparecido como especie. Somos crueles y estúpidos… y William Golding tenía razón.

El principal problema de todo esto es el supuesto anonimato y la libertad que permite internet, que no son tales, pero mucha gente piensa que es así, por lo que puede verter toda su rabia o su insatisfacción con el mundo oculto bajo la máscara de un nick.

Esto lo digo, señores lectores, porque un servidor está cansado de ver críticas destructivas y gente que entra a foros y blogs sólo con la intención de quejarse o comportarse como un vulgar troll. Es triste que alguien haga esas cosas porque, además, demuestra que, seguramente, fuera de internet, será una persona insegura y tímida que no se atreverá a reflejar sus opiniones y por eso aquí, en internet, donde no es él, sino sólo un nick, puede decir lo que quiera.

A ver, si ese «lo que quiera» fueran críticas constructivas u opiniones razonadas y respetuosas, o chistes o bromas, pues no pasa nada. Pero es insultante que haya gente que entre a decir que «una actriz debería meterse a puta» o que «el director es subnormal y los seguidores de la película gilipollas» o que, en blogs de noticias de comic o series, en los comentarios se insulte a los seguidores de una serie o un comic por la única razón de que al autor del insulto no le gusta esa serie/comic y se cree dueño de la VERDAD. Y si los que insultan abiertamente son malos, directamente trolls, peor son esos que realizan sus críticas destructivas de forma más sútil y, cuando se les reprende, responden que no han hecho nada y, peor aún, se esconden tras la libertad de expresión… tan libertad de expresión era la tira cómica que has vapuleado violentamente sin ningún ánimo de ayudar a que mejore como tu estúpido revuelo por algo que, realmente, no te causa ningún dolor.

Amigo troll, internet no es el país de la anarquía, puede que sea el de la libertad, pero esta acaba donde empieza la del vecino, así que, si te parece que algo es una mierda porque tú lo vales, guárdate tu opinión, y razona tus críticas respetuosamente o amigablemente… porque tú lo vales… no demuestres al mundo que no vales nada de nada.

No se asusten por el título (curioso que hable en plural, pero bueno, la costumbre). No es más que la frase promocional -por llamarla de alguna forma- que se me ocurrió para el 2º volumen de mi novela inconclusa El Ojo de la Luna.

Esta novela fue ideada y comenzada hace ya unos seis años, después de un viaje a Sevilla y con una imagen que inspiró la escritura de toda la historia. A partir de esa imagen surgió el resto, poco a poco. Después la novela se quedó colgada y parada durante 3 años porque un servidor necesita ser espoleado para escribir a menudo y, si nadie lo hace, tarde o temprano lo deja y se pone con otra cosa.

Tres años después de quedar colgada, una lectora se topó con lo que llevaba escrito y me espoleó a que siguiera, interesada en el destino del protagonista, aun sabiendo, que le advertía, que se podía quedar colgada. La historia siguió durante un buen montón de páginas más, pero volvió a quedarse colgada -casualmente coincidiendo con un viaje a Madrid-. La obra volvió a caer en manos de un lector unos tres años después, de nuevo, el cual sugirió que se dividiera en 2 volúmenes, por lo que se estaba alargando en cantidad de páginas… y así se quedó,  a un capítulo de terminar el 1º volumen.

Ahora, después del tiempo que ha pasado desde la última vez que escribí por escribir y no por algún concurso, blog de comics o ayuda a algún amigo, vuelvo a preguntarme si debería continuar con esta historia, al menos por los dos lectores que se han quedado con la espera de ver continuada la novela. Sé que me cuesta ponerme de nuevo a escribir, y costará hasta que lo consiga, pero si algún día vuelvo a hacerlo, será con la continuación de El Ojo de la Luna.

Sé que ninguno de esos lectores entra a este blog, pero aún así, que no se preocupen, el camino seguirá.

Diálogo

-Oye… oye… ¿por qué no me haces caso?- dice el hada.

-Sí te hago caso, te estoy escuchando -dice el chaval.

-No, no lo estás haciendo, me has dejado aquí -replica el hada.

-Eso no es cierto, tú eres quien se ha quedado ahí, yo he seguido caminando.

El hada pone una expresión de malestar.

-Pero… pero… no puede ser,  yo soy tu hada, quien te hace sentir la magia, no puedes dejarme aquí.

-No te estoy dejando en ningún sitio, simplemente he seguido caminando, no es lo mismo, pues para dejarte en algún sitio deberíamos haber venido juntos de algún lugar y, hasta ahora, sólo revoloteabas a mí alrededor.

-Porque quería revolotear contigo, soy tu hada.

-Pero tienes que admitir que ya no necesito de tus polvos mágicos para sentir la magia.

-No puedes hacer eso… no puedes, me enfadaré.

-Eres libre de hacerlo, pero tú te quedarás ahí y yo seguiré caminando.

-No… no te vayas… soy tu hada, yo te quiero.

El chaval se detiene y se gira:

-No, no es así, las hadas sois caprichosas… y debes admitir de una vez que, al final, Peter se queda con Wendy.

El chaval se marcha, Wendy le espera…